La ciudad se prepara para vivir durante los días 1,2 y 3 de mayo una auténtico aluvión de jóvenes dispuestos a enborracharse al aire libre. El Ayunamiento está apostando fuerte para que esa borrachera colectiva se celebre en un solar, miles de jóvenes allí bien ordenados, unos junto a otros demostrando que, efectivamente, la diferencia entre un gran simio y algunas personas no es tan grande.
Hace un par de años, antes de que muriera pude ir a ver a Copito de Nieve en el zoológico de Barcelona, el allí disfrutaba viendo como la gente pasaba para verle y aprovechando los derechos que le protegían se permitía el lujo de hacer cosas que para muchas personas son susceptibles de terribles sanciones... pero para Copito, formaban parte de su trabajo cotidiano: tocamientos obscenos, vomiteras, defecaciones y orines en directo, etc.
La Fiesta del Gallo de Granada, el preludio juvenil a la Festividad de las tradicionales Cruces de Mayo, podría denominarse la Fiesta del Simio, del Gran Simio.
En la fiesta de la Primavera hubo 31.000 jóvenes celebrando su botellón. En Granada hay más de 60.000 universitarios. ¡Hay tantos jóvenes que no comparten ese estilo de vida y que, sin embargo, no reciben inversiones comparables a las que requieren sus compañeros borregos!
El botellón es un serio problema, seguro que lo vuelvo a abordar en el futuro, pero creo, como primera consideración, que no es suficiente con ordenarlo para que no sea molesto. La imagen de la juventud degenerada no puede primar ni ofrecerse al público como la única realidad, porque es mentira.
Algún día Granada lamentará no haber cuidado a algunos jóvenes que viven aquí como está cuidadando a los borrachos que vienen aquí a reírse de todo y de todos.